A menudo, los vendedores de vivienda soléis considerar que vuestra casa es la que tiene los mejores electrodomésticos, los armarios empotrados más espectaculares, la decoración más actual, y en definitiva, la casa más bonita de todo el vecindario.

Sin embargo, el hecho de poseer ‘la casa más bonita‘ de todo el vecindario, no es motivo a tener en cuenta a la hora de calcular su precio de venta.

Es más, vuestra casa probablemente tenga un precio por metro cuadrado prácticamente igual que la de vuestros vecinos.

Además, hay que ser conscientes de que el tema de la decoración siempre es algo subjetivo.

De esta manera, lo que a tí puede parecerte precioso, al posible comprador que visite tu vivienda puede no parecerle tan ideal.

Cómo calcular el precio de una vivienda

Entonces, ¿de qué depende el precio de una vivienda?

Para fijar un precio de salida adecuado, habrá que tener en cuenta una serie de elementos objetivos que ayuden a valorar correctamente:

Ubicación

Nos estamos refiriendo no solo a la población en la que tengamos la vivienda en venta, sino también al distrito concreto, urbanización, calle, número…

Es posible que las casas de una misma calle tengan un precio diferente dependiendo de su proximidad, por ejemplo, con ciertos servicios públicos. Cuanto más exacta sea la ubicación que ofrezcamos, mejor.

Superficie

El precio de una vivienda siempre es calculado teniendo en cuenta los metros cuadrados tanto útiles como construidos con los que disponga.

Además, la manera en la que la superficie se distribuye también será importante. No es lo mismo una casa de 2 habitaciones que una de 4.

Del mismo modo, tampoco es lo mismo una casa que solo cuenta con un baño que otra que cuenta con 2.

Antigüedad

Los años de antigüedad y el estado de conservación serán otro de los elementos a valorar para fijar un precio de venta adecuado.

Además de todo lo relativo a la vivienda en sí, también influirá el estado de conservación del edificio, así como el grado de mantenimiento de la urbanización en la que se encuentre.

Extras

Garaje, piscina, jacuzzi, terraza, jardín… todo lo que suponga una estancia más agradable al posible comprador, será valorado de manera positiva en el precio final del inmueble.

Entonces, ¿mi casa no vale más por ser más bonita?

A priori, deberíamos decir que no. Sin embargo, una decoración acorde con las exigencias del mercado puede hacer que el plazo de venta de tu vivienda se vea reducido.

Es decir, que ante un precio de salida igual, un posible comprador se interese por tu casa antes que por la de tu vecino si esta le ha parecido más bonita o le ha causado una mejor impresión.

Como podéis comprobar, poner un precio de salida adecuado no siempre es fácil.

La constante evolución del mercado inmobiliario hace que los vendedores de a pie, no dispongan ni de los conocimientos ni del tiempo necesario para poderlo analizar y estar al corriente de sus vaivenes de precio.

La ayuda de un agente inmobiliario se convierte entonces en algo primordial para no comenzar con un precio de salida inadecuado que vayamos arrastrando durante todo nuestro proceso de venta.

 

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