El crecimiento personal no ocurre por accidente. No es un proceso automático. Si deseas garantizar el crecimiento, necesitas un plan, algo estratégico, específico y programado. El orador motivacional Earl Nightingale dijo: “Si una persona dedica una hora al día al mismo tema durante cinco años, esa persona será un experto en ese tema”. ¿No es increíble? Muestra hasta dónde somos capaces de llegar cuando tenemos la disciplina para hacer del crecimiento una práctica diaria.

Un plan de crecimiento requiere que…

1) Reservas tiempo para crecer.

Durante 13 a 20 años, dependiendo de cuánto tiempo permanezcamos en la escuela, el sistema educativo nos desafía a aprender. Sin embargo, al graduarse, muchas personas casi nunca toman un libro. Pasar al siguiente nivel en su carrera exige que asuma la responsabilidad de continuar con su crecimiento personal.

El secreto del éxito lo determina tu agenda diaria. Nunca cambiarás tu vida hasta que cambies algo que haces a diario. Seas práctico sobre el crecimiento personal, literalmente anótalo en tu calendario. Nunca confíes en el entusiasmo para reemplazar una disciplina rigurosa y un plan detallado. A menudo, nos emocionamos por aprender algo nuevo y luego abandonamos rápidamente el proyecto tan pronto como nuestra emoción inicial disminuye. Para sostener el crecimiento, necesitamos programarlo.

2) Identifica tus áreas de crecimiento.

Elige crecer en las áreas de tus fortalezas y NO en las áreas de tu debilidad. Hacer este compromiso nos obliga a nadar contra la corriente cultural imperante. Se nos enseña a ser completos y a mejorar nuestras debilidades. Sin embargo, en muchas áreas de la vida, naturalmente nos desempeñamos mal. Incluso con trabajo duro, nunca seremos mejores que el promedio en ellos. La realidad es que la gente no paga por el promedio. A nadie le emociona cenar en un restaurante promedio, pasar dos horas viendo una película promedio o contratar a alguien con habilidades promedio.

El éxito llega cuando identificamos nuestros talentos naturales y luego trabajamos diligentemente para desarrollarlos en habilidades extraordinarias. Concéntrate en afinar tus fortalezas, en escalar desde arriba del promedio a excelente en un área, en lugar de reforzar tus debilidades. Cuando te desvías de tus puntos fuertes, no solo te limitas a ti mismo, sino que también impactas negativamente a tu equipo.

3) Encuentra recursos en tu área de crecimiento.

La gente mantiene un atizador cerca del fuego para poder revolver las brasas y mantener el fuego caliente. De la misma manera, manténte cerca de personas apasionadas que despierten tu curiosidad. Asóciate con compañeros de aprendizaje que desafiarán tu forma de pensar y te inspirarán a crecer.

Además de encontrar personas que fomentarán tu crecimiento, rastrea contenido excelente y archívalo para referencia futura. Los líderes son lectores. Están hambrientos de ideas y cuando se encuentran con el conocimiento, tienen un sistema para almacenarlo para su uso eventual.

4) Aplica lo aprendido.

Todo el ejercicio de buscar conocimiento es infructuoso a menos que encuentres una manera de aplicar lo que has aprendido. Una práctica útil es seguir la regla de las 24 horas. Cada vez que hayas aprendido algo significativo, comparte la lección con alguien más dentro de las 24 horas. Si no practicas o transmites lo que has aprendido, entonces no formará parte de tu vida y lo perderás.

PREGUNTAS A CONSIDERAR

El crecimiento es el gran separador de los que triunfan y los que no. Considera las siguientes preguntas:

¿Cuándo estás creciendo?
¿En qué áreas estás creciendo?
¿Quién te está ayudando a crecer?
¿Cómo estás aplicando lo que aprendes?

Si no tiene una respuesta sólida a una o más de las preguntas, tómate un tiempo para desarrollar un plan más intencional para tu crecimiento personal.

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