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Entre los extremos: aprender a pasar el tiempo sabiamente

Entre los extremos: aprender a pasar el tiempo sabiamente

La frase “pasar el tiempo” no es una metáfora. A cada uno de nosotros se le asignan 24 horas al día, que no tenemos más remedio que gastar. No podemos acumular tiempo ni recomprar horas ya gastadas. En su libro Qué hacer entre el nacimiento y la muerte, el autor Charles Spezzano ofrece la siguiente observación sobre el tiempo:

Realmente no pagas las cosas con dinero. Los pagas con tiempo. “En cinco años, habré ahorrado lo suficiente para comprar esa casa de vacaciones que queremos. Entonces reduciré la velocidad”. Eso significa que la casa le costará cinco años, 1/12 de su vida adulta. Traduzca el valor en euros de la casa, el coche o cualquier otra cosa en tiempo, y luego vea si todavía vale la pena. A veces no puedes hacer lo que quieres y tener lo que quieres a la vez porque cada uno requiere un gasto de tiempo diferente.

Construimos nuestra vida en función de cómo invertimos el tiempo. Por lo tanto, la pregunta, “¿Estoy viviendo sabiamente?” se puede responder mirando cómo consumimos los minutos en nuestro día. Con respecto al tiempo, la sabiduría, como en muchas otras áreas, viene de la moderación entre los extremos.

1) Entre “el no pensar” y “el pensar demasiado”

Las decisiones importantes merecen tiempo dedicado a la investigación y la deliberación. Sin embargo, como dijo Eva Young: “Pensar demasiado en hacer algo a menudo se convierte en su perdición”. Eventualmente, debemos ejercer el juicio y actuar a pesar de la incertidumbre y la información incompleta. Los líderes deben evitar el extremo de la parálisis por análisis.

Sin embargo, los líderes también deben evitar el extremo opuesto de la acción irreflexiva. En palabras de Henry David Thoreau, “No basta con estar ocupado, también lo están las hormigas. La pregunta es: “¿En qué estamos ocupados?” Al pasar el tiempo sin reflexionar, nuestras vidas se desvían y nos alejan de nuestros valores más profundos.

2) Entre la ociosidad y la hiperactividad

En los escritos de los fundadores de Estados Unidos, particularmente en los de Benjamin Franklin y Thomas Jefferson, abundan las exhortaciones a aprovechar al máximo el tiempo. Como escribió Jefferson: “Decídete a nunca estar ocioso. Nadie tendrá ocasión de quejarse de la falta de tiempo si nunca lo pierde. Es maravilloso cuánto se puede hacer si siempre estamos haciendo”. Dichos dichos no eran eslóganes vacíos para estos hombres. Al administrar su tiempo de manera efectiva, Franklin y Jefferson pudieron hacer una cantidad asombrosa de contribuciones influyentes a la sociedad, como escritores, políticos e inventores.

El mantra motivacional, “carpe diem” o “aprovecha el día”, tiene mérito, pero puede llevarse a un extremo poco saludable. Por ejemplo, los trabajadores estadounidenses optaron por no utilizar 67 mil millones de dólares en vacaciones en 2010. Mientras tanto, la mayoría de las personas conocen a un cónyuge, colega o amigo abrumado por el estrés relacionado con el trabajo. El intento de maximizar cada momento del día puede degenerar en una obsesión de chupar la vida. Una búsqueda incesante de optimización y eficiencia mata la espontaneidad y sirve como receta para el agotamiento. Para ser adecuado y sostenible, el impulso de una persona hacia el éxito debe reconocer límites y equilibrarse con períodos de descanso y relajación.

3) Entre Tareas y Relaciones

Equilibrar el tiempo dedicado a las tareas y el tiempo dedicado a las personas puede ser complicado. En general, tendemos a enfatizar demasiado las tareas a expensas de las relaciones. Al principio de la vida, perseguimos los logros profesionales solo más tarde nos damos cuenta de que los mayores tesoros de la vida son nuestros seres queridos.

Sin embargo, los grandes líderes, aunque aprecian a las personas, también hacen las cosas. Las relaciones relacionadas con el trabajo tienen el propósito de lograr algo: los líderes no se conectan simplemente por el hecho de conectarse. Una regla general para valorar las relaciones mientras se logran resultados es pasar la mayor cantidad de tiempo con la menor cantidad de personas. Cuídate de esparcirte con conocidos sociales superficiales y, en cambio, elije cultivar la confianza y la influencia en las pocas relaciones que más te importan.

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