El mito de la motivación
Contrariamente a la opinión popular, los líderes no pueden motivar a nadie. Como líderes, seríamos tontos y algo arrogantes si pensáramos que poseemos el poder de motivar a otra persona. En realidad, una reserva de motivación ya reside dentro de cada persona que conocemos. El verdadero desafío para los líderes es aprovechar y canalizar esa motivación preexistente.
Para despertar la motivación innata en los demás, debemos ver a través de sus ojos y sentir a través de sus emociones. Como líder, tu objetivo no es proporcionar a las personas el entusiasmo para actuar, sino descubrir los deseos que las animan naturalmente. En el transcurso de una conversación de una hora durante la cena, casi siempre puedes identificar lo que hace funcionar a otra persona haciendo tres preguntas simples.
¿Que te hace llorar? Es decir, ¿qué agobia tu espíritu o pesa mucho en tu corazón?
¿Qué te hace cantar? ¿Qué actividades te traen alegría?
¿Qué sueñas con hacer o convertirte?
Habiendo identificado sus principales motivadores, puede responder con mayor precisión a sus necesidades, posicionar sus fortalezas y alentar sus esperanzas.
Las personas tienen diferentes motivaciones de acuerdo a su individualidad única. Además, lo que te motiva a ti como líder no necesariamente energizará a tus compañeros de equipo. Esto significa que los líderes deben adoptar un enfoque altamente relacional para el desarrollo de las personas que tenga en cuenta una diversidad de aspiraciones e intereses.
Finalmente, el liderazgo efectivo es una tarea interminable porque el cambio es continuo. Las motivaciones principales de las personas evolucionan con el tiempo. Los buenos líderes monitorean las motivaciones siempre cambiantes de su gente y ajustan su estilo de gestión en consecuencia.
Fred Bucy, ex presidente de Texas Instruments, destaca este punto de manera convincente:
“Lo que es efectivo para motivar a las personas en un momento de sus carreras no será efectivo para motivarlos más adelante. Los valores de las personas cambian, dependiendo de lo que sucede en sus vidas personales, así como del éxito de sus carreras. Por lo tanto, una de las cosas más importantes que debe hacer un líder es continuar estudiando cómo ser efectivo. Esto requiere disciplina. Es mucho más fácil asumir que lo que funcionó ayer funcionará hoy, y esto simplemente no es cierto”.
Las personas optarán por no participar en tu organización a menos que participes activamente en determinar sus motivaciones y brindarles oportunidades para prosperar.
¿Qué preguntas puedes hacer para descubrir los motivadores internos de tu gente? ¿Cuál es el mejor escenario para hacer esas preguntas? ¿Cómo puedes iniciar conversaciones sobre cargas, alegrías y sueños regularmente en tus relaciones de liderazgo?
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