El hombre en el espejo
En liderazgo, la primera persona que debemos examinar somos nosotros mismos. Ese es el principio del espejo. Si nuestra autopercepción está distorsionada, nuestros intentos de influir en los demás serán erróneos o incluso manipuladores.
La primera persona que debo conocer soy yo mismo; esto trae consciencia de uno mismo. ¡La naturaleza humana parece dotar a las personas de la capacidad de evaluar a todos en el mundo menos a ellos mismos! Al dirigir un equipo, como cuando se conduce un coche, descuidar el control de los puntos ciegos puede causar un accidente.
La primera persona con la que debo llevarme bien soy yo mismo. Esto conduce a una autoimagen saludable. Si pensamos negativamente en nosotros mismos, buscaremos la validación de los demás, extrayéndoles valor. Por el contrario, si tenemos una visión positiva de nosotros mismos, estaremos lo suficientemente seguros como para agregar valor a las personas que nos rodean.
La primera persona que me causa problemas soy yo mismo. Admitir esta verdad produce honestidad en uno mismo. Nunca ganas cuando juegas el juego de la culpa; solo te quejas. Y los quejosos arrastran la moral de todos los que los rodean.
La primera persona a la que debo cambiar soy yo mismo. Esta actitud de empoderamiento allana el camino para la superación personal. “Todo el mundo piensa en cambiar el mundo“, dijo León Tolstoi, “pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo“.
Aquí hay tres preguntas básicas para hacerle a la persona en el espejo.
¿Cómo quiero que sea el futuro? (IMAGEN)
La visión es una imagen que tienes en tu mente de cómo podrían o deberían ser las cosas en los días venideros. La visión connota una realidad visual, un retrato de un futuro preferido. La imagen es interna y personal.
Solo podrás lograr tu visión una vez que la hayas pintado en el lienzo de tu mente. Debes definir el sueño de forma clara y convincente antes de perseguirlo. Como observa Michael Hyatt, “si la visión no es clara, ninguna estrategia funcionará y será imposible establecer prioridades correctamente“. La mayoría de las personas se saltan el paso de aclarar su visión y su sueño sigue siendo borroso e inespecífico. Como resultado, nunca lo logran.
¿Cómo avanzo hacia mi visión del futuro? (PLAN)
Para cumplir tu visión, debes dejar de mirar las estrellas y comenzar a elaborar estrategias. Las personas que ven materializarse su visión son las que han ideado planes concretos para conseguir seguidores, reunir recursos y mejorar sus habilidades. Al traducir un viaje largo en pasos más pequeños y al crear marcadores de millas para trazar el progreso, una estrategia inspira la acción.
¿Estoy usando mi tiempo sabiamente? (PRIORIDADES)
El tiempo no se puede administrar. No se puede controlar de ninguna manera. Marchas sin importar lo que hagas, de la misma manera que un taxímetro sigue funcionando, ya sea que avance o se detenga. Todos tienen la misma cantidad de horas y minutos todos los días. Nadie, por astuto que sea, puede ahorrar minutos de un día para gastarlos en otro. La gente habla de tratar de encontrar tiempo, pero deben dejar de buscar. No hay minutos extra por ahí.
No puedes administrar tu tiempo. ¿Entonces que puedes hacer? ¡Manejate tu mismo! Nada separa más a las personas exitosas de las fracasadas que la forma en que usan su tiempo. Las personas exitosas comprenden que el tiempo es el bien más preciado del mundo. Como resultado, saben adónde va su tiempo. Continuamente analizan cómo están usando su tiempo y se hacen la pregunta: “¿Estoy aprovechando mi tiempo de la mejor manera?”
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