Cuando me encuentro con personas en entornos sociales y me preguntan a qué me dedico, algunos se intrigan cuando les digo que hago coaching, hablo y escribo. Y a menudo me preguntan sobre qué escribo. Cuando digo liderazgo, la respuesta que más me hace reír es algo como esto: “Oh. Bueno, cuando me convierta en líder, leeré algunos de sus articulos”. Lo que no digo (pero quiero decir) es: “Si leyeras algunos de mis artículos, tal vez te convertirías en un líder”.
El buen liderazgo se aprende en las trincheras. Liderar lo mejor que puedan dondequiera que estén es lo que prepara a los líderes para una responsabilidad cada vez mayor. Convertirse en un buen líder es un proceso de aprendizaje permanente. Si no pones a prueba tus habilidades de liderazgo y tu proceso de toma de decisiones cuando hay poco en juego y los riesgos son bajos, es probable que te metas en problemas a niveles más altos cuando el costo de los errores es alto, el impacto es de gran alcance, y la exposición es mayor. Los errores cometidos a pequeña escala se pueden superar fácilmente. Los errores cometidos cuando se está en la cima pueden costarle mucho a la organización y dañan la credibilidad de un líder.

¿Cómo te conviertes en la persona que deseas ser? Comienzas ahora a adoptar el pensamiento, aprender las habilidades y desarrollar los hábitos de la persona que deseas ser. Es un error soñar despierto con “un día” en el que estarás en la cima, en lugar de manejar el hoy para que te prepare para el mañana. Como dijo el entrenador de baloncesto del Salón de la Fama, John Wooden, “Cuando llega la oportunidad, es demasiado tarde para prepararse“. Si quieres ser un líder exitoso, aprende a liderar ANTES de tener una posición de liderazgo.

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