Comprender el bajo rendimiento
Si ignoras un traqueteo o un zumbido en el motor de tu vehículo durante demasiado tiempo, tu coche puede dejar de funcionar. Una pieza defectuosa puede hacer que el coche se descomponga por completo. Del mismo modo, el buen funcionamiento de un equipo se ve afectado por tu eslabón más débil. Cuando una persona tiene un rendimiento inferior al habitual, todo el equipo sufre. Las personas que constantemente hacen un trabajo mediocre afectan negativamente al equipo de las siguientes tres maneras.
1. Pérdida de oportunidad.
Los de bajo rendimiento hacen que el equipo se centre en el interior en lugar de en el exterior. Los compañeros de equipo gastan una energía preciosa cubriendo los vacíos dejados por un compañero de trabajo incompetente en lugar de buscar oportunidades para expandir la influencia del equipo.
2. Pérdida de productividad.
Los empleados de bajo rendimiento no solo impiden que el equipo aproveche las oportunidades, sino que también obstaculizan la productividad. No logran cumplir con sus tareas o las ejecutan tan mal que otros tienen que rehacer su trabajo. Los de bajo rendimiento crean un cuello de botella organizativo que impide el progreso.
3. Pérdida de la moral.
En un equipo exitoso, cada jugador de alto rendimiento sabe quiénes son los eslabones débiles. Con el tiempo, si los de bajo rendimiento no mejoran, otros compañeros de equipo comienzan a resentirse por su ineptitud. Tal situación arrastra la moral de todo el equipo.
Yendo bajo el capó: Diagnóstico de bajo rendimiento
Como líder, pones en peligro al equipo al no abordar el desempeño laboral deficiente. Cuando notes que alguien ha desarrollado un patrón de trabajo deficiente, haz las siguientes preguntas sobre él o ella.
1. ¿Están fuera de tu liga?
Quizás simplemente no están calificados para el trabajo y se les ha confiado más responsabilidad de la que pueden manejar.
2. ¿Están fuera de posición?
Alguien puede tener una gran capacidad y, sin embargo, tener un desempeño deficiente si está en el lugar equivocado. Si este es el caso, considere la posibilidad de transferirlos a otro rol más adecuado a sus fortalezas naturales.
3. ¿Están fuera de su zona de confort?
Si bien aventurarse fuera de nuestra zona de confort puede generar crecimiento, algunos entornos nos hacen sentir tan incómodos que tenemos dificultades para funcionar a un alto nivel. Si esto es cierto para una persona con bajo rendimiento, busque formas de tranquilizarla y hacerla sentir más segura.
4. ¿Están más allá de tu comprensión?
Un desempeño deficiente puede indicar que alguien no ha recibido la capacitación adecuada para cumplir con los requisitos de su trabajo. En este caso, la capacitación adicional puede ayudar a mejorar el rendimiento inferior.
Insalvable: no es tu trabajo “arreglar” a todos los de bajo rendimiento
Como líderes, confiamos en nuestra gente, nos preocupamos profundamente por ellos y creemos en su capacidad para crecer. Por estas razones, a veces podemos tener la tentación de ayudar a los de bajo rendimiento más de lo que es prudente. Creemos que al dedicarles una atención adicional podemos llevarlos a tener éxito. Sin embargo, aunque somos responsables ante ellos, no lo somos por ellos. En última instancia, solo ellos pueden realizar los cambios necesarios para llevar su desempeño a un nivel satisfactorio. responsabilidad
Como líder, tu deber principal es administrar la organización, no salvar la carrera de los de bajo rendimiento. Es tu trabajo construir un equipo efectivo, no hacer felices a todos.
Pregunta a considerar
Como líder, ¿cómo determinas si dedicar más tiempo a entrenar a un bajo rendimiento será fructífero o inútil?
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