Por lo general, comienzo con una historia o algún tipo de idea introductoria para que tu cerebro se mueva en la dirección correcta.

Pero no voy a hacer eso con este post. En lugar de eso, quiero entrar directamente y darte cinco pasos para conectarte con los demás.

La conexión es una parte crítica del liderazgo, porque no puedes liderar si nadie te sigue. Tienes que conectarte con los demás para ser un líder.

Con eso en mente, quiero compartir los siguientes cinco pasos para conectarse con cualquier persona. Puede ser alguien nuevo, alguien familiar o alguien con quien intentas volver a conectarte después de un tiempo. No importa quién sea la otra persona, si sigues estos cinco pasos, te asegurarás de crear una conexión genuina con ellos.

Paso uno: deja a un lado tu agenda: si deseas conectarte con otras personas, debes hacer de su agenda tu prioridad en ese momento. La conexión genuina no se trata de asegurarte de que las personas te entiendan; se trata de asegurarte de que entiendes a otras personas. Despeja tu mente de tus propias preocupaciones, miedos, ambiciones y planes, para enfocarte en lo que la otra persona tiene que decir.

Paso dos: haz preguntas curiosas: esto va de la mano con mi primer punto, porque el paso práctico para salir de tu propia cabeza es hacer preguntas que te ayuden a meterte en la cabeza de otra persona. Las preguntas curiosas tienen un efecto de superposición; se complementan entre sí y ayudan a llevar la conversación a lugares nuevos e interesantes. Las preguntas curiosas también ayudan a la otra persona a saber que estás comprometido con ella y que quieres mantener la conexión.

Paso tres: Apóyate en la conversación: este es el punto medio de la conexión y es donde la autodisciplina es más importante. Apoyarse en una conversación NO es lo mismo que hacerse cargo de una conversación. Inclinarse no significa cambiar el resto de la conversación hacia ti y tus intereses. Apoyarte significa aumentar tu curiosidad y agregar pensamientos que estimulen la conexión más profunda. Es renovar tu interés en tu conexión con la otra persona.

Paso cuatro: crea un momento memorable: los momentos memorables no necesitan fabricarse, pero sí deben buscarse. Una conexión se vuelve memorable cuando ambas partes se van con algo positivo a lo que aferrarse. Hacer un momento memorable no requiere mucho, pero requiere autenticidad de tu parte. Puedes crear un momento memorable centrándote en una lección importante que aprendiste o una declaración que te impactó. Puede ser una risa compartida, un momento de dolor o un profundo sentido de comunidad con la otra persona.

Paso cinco: manten viva la conexión: si bien es difícil crear una conexión, mantenerla viva es considerablemente más fácil. Es una decisión intencional mantener a la otra persona contigo de alguna manera. Puedes intercambiar mensajes de texto o enviar correos electrónicos útiles de vez en cuando. Tal vez sea solo la cortesía de recordar el nombre de esa persona para poder saludar y volver a conectar rápidamente la próxima vez que la veas. Haz lo que tengas que hacer para mantener viva la chispa, para que puedas construir sobre ella en el futuro.

Una de mis conexiones favoritas se produjo en un evento de negocios hace años.  En este evento John Maxwell, tenía copias de La Biblia de Liderazgo de Maxwell con el. Un señor se acercó a la mesa donde estaba firmando libros y señaló la Biblia.

“¿Escribiste esto?” preguntó.

“Yo no escribí la Biblia”, respondió John Maxwell. “Pero agregué algunos pensamientos de liderazgo para ayudar a las personas a comprender de dónde provienen mis principios de liderazgo”.

Cogió una Biblia y pagó por ella. Me miró y dijo: “Nunca antes había leído la Biblia, pero si esto tiene liderazgo, estoy interesado“.

Ahora, no hay mucho en la parte de la conversación de esta conexión, pero John Maxwell no estaba tratando de venderle un libro al hombre. No estaba tratando de hacer nada más que prestarle atención a él y a su viaje.

Años más tarde, en un evento diferente, John Maxwell vio el rostro de este señor entre la multitud. Se acercó a el, sonriendo, y dijo: “Probablemente no me recuerdes, ¿verdad?”

“¡Sí!” Dijo. “Fue hace años, y compraste una Biblia para poder leer sobre liderazgo”.

“¡Sí!” respondió. “Y quiero que sepas que leí esa Biblia. Y eso cambió mi vida.” Ese es el poder de la conexión. Puede cambiar la vida de alguien, y su liderazgo, cuando tienes la intención de crear uno.

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