Cada año, como parte de la cultura de nuestra empresa, alentamos a los miembros de nuestro equipo a que propongan una palabra que sirva como pensamiento de enfoque para su año. Es un hábito que tengo desde hace mucho tiempo (y sobre el que he escrito anteriormente), pero siempre me encanta escuchar las palabras que se le ocurren a nuestra gente para guiarlos en sus viajes.

Este año, uno de los miembros de nuestro equipo eligió la palabra “experiencia” y por esta razón: quiere convertirse en el experto de su propia vida.

¿No es interesante?

Ocasionalmente me han llamado experto en liderazgo, lo que significa que conozco a personas todo el tiempo que quieren que les diga cómo encontrar su camino en la vida. Y aunque mi objetivo es agregar valor a los demás, incluso hacer un esfuerzo adicional para desafiarlos a que cambien y tomen el control de su crecimiento personal cambiando la forma de pensar y los hábitos, lo que no puedo hacer es prescribir lo que debería hacer una persona específica.

Eso es porque el viaje de cada persona hacia el crecimiento personal es diferente; Existen principios y prácticas que se aplican a la trayectoria de cada líder, pero no existe un enfoque único para el desarrollo personal. Solo tú puedes decidir qué es necesario para tu viaje.

Solo tú puedes ser experto en ti.

La buena noticia es que es fácil de hacer. Cuando era joven, alguien me dijo que si pasaba una hora al día estudiando un tema, en cinco años me convertiría en un experto. Con el tiempo pasé de ser intenso en mis estudios a ser intencional con mi vida. Ha marcado la diferencia.

Partiendo de esa idea, aquí hay cinco áreas de crecimiento personal en las que deberías ser el experto de tu vida:

Propósito: creo plenamente que todos tienen un propósito y viven su mejor vida al servicio de ese propósito. Invertir tiempo y pensamiento para identificar tu “por qué” es la clave para convertirse en el experto en tu vida.

Valores: una vez que conoces tu propósito, saber qué es lo que más valoras se convierte en la base sobre la que se construye todo lo demás. Si no estableces y mantienes tus propios valores, siempre estarás a merced de los de otra persona.

Fortalezas: es bueno saber lo que haces bien, pero es más beneficioso saber lo que haces mejor. Es un proceso que lleva tiempo, pero cuando realmente identificas tus mayores fortalezas, tu capacidad para ser intencional aumenta significativamente.

Prioridades: las prioridades son un reflejo de lo que es más importante para nosotros, de modo que cuando sepas tu por qué, conozcas tus valores y conozcas tus fortalezas, podrás concentrarte en aquellas cosas que estén alineadas con tu persona y comenzar a decir que no a aquellas cosas que no lo son.

Sabiduría: esto puede parecer fuera de lugar, pero eres la mejor persona para saber qué sabiduría has acumulado a través de tus experiencias. Por supuesto, la única forma de saber qué sabiduría tienes para ofrecer es si has evaluado tus experiencias para ver qué lecciones has aprendido.
Tienes mucho que ofrecer al mundo; pero para marcar la diferencia, para agregar el máximo valor a los demás, primero debes tomar posesión de lo que te hace ser tú.

Debes convertirte en el experto de tu vida.

Una vez que veas tu valor y te vuelvas intencional en agregar valor a través de tu propósito único y tus fortalezas, estarás en camino de transformar el mundo que te rodea para mejor.

Y puedes confiar en mí en eso. ¡Soy un experto!

Y como siempre te invito a RESERVAR UNA CITA de 30 minutos GRÁTIS conmigo y te enseño como el coaching puede ayudarte a beneficiar tu vida privada y tu negocio.